Continuando el curso para formadores. El
miércoles, iniciamos con la celebración Eucarística. Presidida por monseñor
Bernabé. Tuvimos un delicioso desayuno y seguimos con las clases.
En la mañana, iniciamos los trabajos con la
oración de la Antífona del Oficio de la Pasión - María como modelo de discípula
misionera. Para concluir el tema de la misión, reflexionamos el texto: “El
encanto de la vida consagrada”, del hno. Álvaro Rodríguez Echeverría (marista).
Algunas frases de impacto del texto:
"Pasión por Cristo, pasión por la
humanidad" y "Devolver a la vida consagrada todo su encanto"
En cuanto al formador, es necesario que
posea el encanto por la vida consagrada y el carisma congregacional sea
marcadamente visto desde el Evangelio, de una vivencia con toda su radicalidad.
Debe tornarse atractiva para nosotros y nuestros formandos.
Entrando en el texto tenemos: "el
frescor de la centralidad de Jesús" - la persona y el mensaje de Jesús-.
Su seguimiento es norma suprema para la vida consagrada. Retornar y retomar el
Evangelio, con una adecuada renovación, pues Jesús debe arrastrar más que
simplemente nuestros carismas. Este seguimiento se torna gozo, gracia y
confianza. Gozo cuando lo conocemos por la fe, gracia cuando somos fieles
seguidores, y confianza que nos lleva a transmitir y compartir (Ap 18). Él es
el mejor regalo (Ap 19).
Un segundo punto que trabajamos fue:
"el atractivo de la espiritualidad", esto es: asumir el espíritu de
Jesús. A través de la oración con creatividad, sin rutina. El verdadero místico
conecta su vida espiritual y religiosa con la historia y la vida cotidiana, a
ejemplo de Jesús. Una espiritualidad encarnada.
“La fuerza de la misión”, fue el tercer
tema. Los signos de los tiempos leídos a la luz de la fe, es el mejor estímulo
para despertar el entusiasmo y el atractivo para la misión y, por consiguiente,
una vida renovada.
También la necesidad urgente un humanismo,
se ve como problemática para las relaciones entres los seres humanos. Existen
atropellos a la vida y hay implicaciones en el medio ambiente, por falta de
justicia y cuidado con la naturaleza. Se hace necesario mostrar el rostro
fraterno/minoritico, de una vida comprometida, no una vida consagrada light,
sino una verdadera comunidad de hermanos. Si no prestamos atención al substrato
humano que debe sostener la vida consagrada, estaremos construyendo sobre
arena.
Debemos buscar el "encantador"
equilibrio persona-estructura. La persona es "razón y centro de la misión
de la Iglesia" (Pablo VI). Basado en la vida y actitudes de Jesús, vemos
que la persona es la más importe destinataria del amor de Dios, donde incluso
la ley está en segundo plano, el sábado fue hecho para el hombre, y no al
contrario. San Juan Pablo II nos dice: "la persona humana es el primer
camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimento de su misión... trazado
por el mismo Cristo". El Papa Francisco insiste en que la persona no es
desechable. El equilibrio entre "persona-estructura" debe respetar y
valorar las múltiples espiritualidades. Se nos presenta tres caminos para este
equilibrio: 1. Inventar; eso es, tener creatividad y respuestas nuevas, 2.
Innovar nuestras estructuras – encuentro con Dios – vida comunitaria, encuentro
con los laicos y el pueblo, y 3. Avanzar despojados en pos de Cristo y con el
fuego de su amor para reencender la pasión por la humanidad. Vivir la
cotidianidad en espíritu evangélico para poder devolver a la vida consagrada su
encanto.
Luego pasamos a releer en nuestro días lo
que se reflexiona, sobre todo la acción y palabras de nuestro papa Francisco,
como su alusión bíblica “para los que aman a Dios, todo lo sirve para el bien”
(Rm 8,28). En el caso del papa Francisco, la elección de su nombre, y su opción
por los marginalizados de las periferias del mundo son reveladoras. En el
documento del papa a los superiores generales en 29 noviembre 2013, declara que
el año 2015 será dedicado a la vida consagrada. Sobre la vocación: invita a reflexionar
sobre la inculturación del carisma. La formación se basa en cuatro pilares:
espiritual, intelectual, comunitario y apostólico. Los religiosos deben “tener
un corazón tierno, y no amargo como vinagre”, dice Francisco. “La identidad y
la misión de la vida consagrada está radicada en la gratuidad”.
El papa, al escribirles a los obispos, les
llama la tención, diciéndoles que los religiosos no son sólo un material de
ayuda, mano de obra barata. Es un carisma que enriquece las diócesis. “La vida
consagrada es profética y debe dejar el ‘nido’ y salir a los confines del
mundo, pues es la manera eficaz de imitar al Señor”.
Analizamos otros mensajes del Papa, de modo
especial el del jueves santo de la misa del santo Crisma, donde dice que el
pastor debe tener “olor a oveja” y vivir esta unción en medio del pueblo a
través de la predicación de la Palabra y del ejemplo de vida. Otro llamado fue
el de salir, salir…, salir a las calles, llamar las personas. Al final,
reflexionamos acerca de la Creación, con el discurso de apertura de su
pontificado el 19 marzo 2013. Guardar a Cristo y a los demás también es
salvaguardar la creación.
Por último revisamos el Documento de
Aparecida, con lo que el Espíritu nos está diciendo hoy. En los números
216-224, encontramos una exhortación a ser, en el continente, presencia de
Cristo y a dar testimonio del Dios de la vida, siendo discípulos misioneros, en
profetismo de vida mostrando el rostro materno de la Iglesia.
Después de una mañana intensa tuvimos
nuestro almuerzo y salimos para un pequeño paseo por la ciudad de Guatemala.
Retornando rezamos Vísperas, tuvimos la cena y en la noche se reunió los
secretarios y representantes, para coordinar algunos asuntos, a solicitud de
los Custodios de la conferencia, y para elaborar propuestas para el futuro.
Para la a gloria de Dios, amén.
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