El día martes de
esta segunda semana, inició con la oración de Laudes. Después de un rico
desayuno popular guatemalteco, proseguimos con los estudios del día sobre
varios documentos de la Iglesia y de la Orden. Pasamos al punto del JUZGAR.
El primer tema
fue: “Exigencias de la formación inicial y
permanente en la Vita Consecrata”. Hubo una breve introducción de la Pastores dabo
vobis para entender la preocupación respecto a la formación. Seguimos estudiando
los números de VC que se relacionan directamente con la misión y formación. En
el capítulo 3º de VC tenemos 1. La Santísima Trinidad
fundamento de la VRC; 2. Signo de comunión en la Iglesia y misión y 3. Epifanía
del amor de Dios en el mundo. Revisamos juntos varios números del documento de
San Juan Pablo II, en el espíritu de buscar estar y participar de la misión de
la Iglesia, como persona íntegra e integralmente.
Respecto a la
formación, citando a Raniero Cantalamesa y a Ignacio Larañaga: "mirar a
Cristo con los ojos de Francisco" y "lo que se vive no se
define", reflexionamos en la exigencias para la formación, sin divorciar
la fe de la vida, para eso necesitamos preparar nuestros formandos y a nosotros
mismos, total e integralmente, con acento en los aspectos humano, cultural,
espiritual y pastoral.
Otro punto de
atención es la dimensión fraterna en la vida misionera; pues la fraternidad es
el lugar de aprender a vivir con quien Dios nos ha regalado, el primer lugar de
misión y punto de partida, lugar para repartir los dones en beneficio de todos.
La misión es el arte de la unidad de vida, buscar siempre el equilibrio. Así la
acción tiene su origen en la oración, fuente de la profecía.
Otro tema en VC es
la Formación Permanente, que nos remite al dinamismo de la fidelidad. Un
trinomio es la base de esa fidelidad: SER - SERVIR - AMAR. En la Formación
permanente, cada hermano debería llegar a ser pleno y responsable, evitando la rutina,
muchas veces motivada por desilusión y por pocos resultados satisfactorios en
la vida pastoral.
La Formación Permanente
debe preocuparse con los religiosos en sus diversas etapas de vida. Debe ayudar
en la madurez de los jóvenes, dando ánimo a los hermanos de edad madura, y
esperanza en la ancianidad, buscando siempre el incentivo a la "confianza
y cercanía" y la "primacía de la vida en el Espíritu".
Los Capuchinos
somos consagrados para la misión, compromiso de todos los bautizados, teniendo
en los religiosos la plenitud de este servicio en la Iglesia. Estos deben estar
siempre abierto al diálogo con el mundo y favorecerlo, ser profetas con una
sólida espiritualidad de la acción: "viendo a Dios en todas las cosas y a
todos en Dios".
La nueva evangelización
surge de interpelación de la Palabra Revelada y de los signos de los tiempos,
por lo tanto debemos proclamar “desde los
tejados” lo que se ha vivido en la intimidad con el
Señor.
Luego de una
pausa, y siguiendo con el trabajo de la mañana, que es fue intensa y sustanciosa,
estudiamos el tema de la misión en nuestras Constituciones: Aspectos relevantes
de la vida apostólica y misionera contenida en ellas. Estudiamos detalladamente
algunos números que nos muestra caminos para la formación de los misioneros
capuchinos, lo que deben poseer: espíritu de servicio, minoridad y vivencia
acordes con el carisma. Esto nos lleva a vivenciar en el mundo el Evangelio en
verdad, sencillez y alegría, en una entrega íntima y ardiente, proclamando el
Evangelio a todos, incluso a los poderosos, con una preferencia por los más
pobres. El Hermano Menor Capuchino debe vivenciar con ánimo y disposición esta
verdad y soportar todas las adversidades (cruz), incluso el martirio. Saber leer
los signos de los tiempos y dar respuestas actualizadas es necesario. El
diálogo con la realidad y otras situaciones debe ser respondido basados en la
Palabra de Dios y la vivencia de la Eucaristía, punto de partida y llegada del
misionero.
Después de los
temas nos reunimos para trabajar en grupos. Dos grupos trabajaron el tema de la
misión en la Carta del Ministro General "Reavivemos la llama de nuestro
carisma", y otros dos trabajaron los números 3 y 4 de la carta sobre La Misión.
En seguida pasamos a compartir lo reflexionado en plenario.
Para cerrar el día,
tuvimos la Eucaristía, donde celebramos la vida de fr. Marlon, uno de los
posnovicios de la fraternidad sede, y también celebrando el segundo aniversario
de ordenación presbiteral de fr. Constantino, de México-Texas. Después una
deliciosa cena con derecho a pastel y animación musical de los hermanos... ¡Felicidades hermanos!...
Hasta pronto, que
pronto viene más...
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