TERCERA BITÁCORA
10-11 de Mayo de 2012. República Dominicana
JUEVES 10 DE MAYO:
Este
día reflexionamos acerca del “modo” de ser formador capuchino... a partir de varios documentos: primero, la exhortación
post-sinodal “Vita Consecrata”. Nos detuvimos en el papel
de los formadores(as) en el acompañamiento del camino del formando... "Los
formadores son mediadores de Dios Padre, al acompañar a los formandos… la
formación es una participación en la acción del Padre. El formador debe generar
en los formandos los mismos sentimientos del Hijo. Es en el Evangelio donde
están condensados estos sentimientos… este debe ser el libro de cabecera del
formador, para sí y para los formandos. Es con Jesucristo con quien se ha de
confrontar al formando. Él es el modelo a imitar".
El
formador
debe ser un hombre nunca instalado, un peregrino de los propios
caminos, de los que Dios ha hecho y seguirá construyendo con él y en él.
El formador, no es quien construye los caminos al formando. Cada quien
hace su
camino con Dios. El formador solo indica y acompaña. Debe sobre todo,
mostrar
la Belleza del seguimiento del Señor. Debe ser un hombre convencido del
seguimiento, y mostrar la belleza del carisma de la Orden.
Reparamos
en algunos instrumentos para hacer este proceso: primero, la “sabiduría
espiritual”, además de algunos instrumentos humanos que pueden ayudar
en el discernimiento, en la formación de un hombre nuevo, auténticamente
libre. El diálogo personal
es el principal instrumento, y vimos cómo debe ser tal coloquio.
Otros
temas fueron tocados, entre otros, la fraternidad como lugar privilegiado de la
formación, la dimensión misionera de la consagración, el mirar mi propia cultura,
para discernir cuáles valores en ella son evangélicos, y cuáles no... (difícil
tarea, pues a veces hay resistencias culturales).
También
se abordó el IV CPO de la Orden, referente a la Formación. Todos los frailes hemos
de tener la misma sensibilidad de sentirnos formadores. Vimos algunas
cualidades de los formadores capuchinos...
Por
la tarde reflexionamos en base a los textos de las Constituciones relativos
a la formación… los procesos de pastoral y selección vocacional. Hablamos de
dos lugares privilegiados –mediadores- en que el Espíritu Santo actúa, sobre
todo para nosotros los capuchinos… la Iglesia y los pobres. También se tocó el
aspecto de la vida fraterna, del papel de la fraternidad de la Circunscripción,
etc.
Al
final de la tarde, se inició un trabajo grupal, en base a interrogantes que nos
surgen a raíz de nuestro servicio en la formación, y elaboramos, a modo
personal, un propósito concreto en la tarea de formador. Cada grupo tuvo un
diálogo, y formuló una serie de preguntas, y un propósito, para compartir al
día siguiente.
VIERNES 11 DE MAYO:
Al
iniciar
esta jornada, ponemos en común las interrogantes que surgieron en el
compartir de los grupos el día anterior, y el expositor dio sus puntos
de vista
al respecto. Se trató de cuestionantes e inquietudes, todas ellas
relativas a
lo que en el transcurso de la semana reflexionamos. Un ejemplo: el uso
de los medios de comunicación... hay ocasiones en que se trata de
problemáticas que habría que tratarlos como se tratan las dependencias…
donde incluso sería valioso establecer períodos de abstinencia, en dos
vías
simultáneas: concientizando sobre los valores (como por ejemplo el del
uso del
tiempo), y en la vía de ejercitarse en la voluntad.
Fue
reincidente también la inquietud por la unidad de criterios formativos… y vemos
que es necesario que los formadores se sienten a unificar criterios, que armen
el plan de formación, con valores, criterios e instrumentos de evaluación para cada
etapa. Cuando los formadores no han
concretado criterios unificados, es cuando puede
surgir alguien que decida él solo, sin
tomar en cuenta el parecer de los formadores, - o pasando encima de ese
parecer- acerca del futuro de los formandos que los formadores acompañan y
evalúan… cosa lamentable, pero no poco frecuente, eso sucede cuando no hay unidad de criterios en
las Circunscripciones… hay que ser misericordioso con los formandos, mas no ser cómplices
o “padrinos” de ningún formando. Se trataron
otros temas, que surgieron en las preguntas formuladas en los grupos.
Otros temas surgidos en el trabajo en
grupos, fueron, por ejemplo; el desafío de la formación permanente, el del testimonio
de los frailes de las Circunscripciones, el de las contradicciones que los
formandos pueden encontrar, etc. Abarcamos todo esto y, luego de ver en el
transcurso de la semana pistas para realizar el camino del formador, se subraya
que este camino lo debe de hacer cada formador.
Por
último, nos expuso fray Carlos Novoa, a modo de síntesis, algunos primados para
el carisma específico capuchino.
1) El Primado de Dios: en el formador
debe ser un primado evidente, porque se reconoce más necesitado, y por ello recurre
a Dios. Por tanto, no podemos eximirnos de los tiempos con el Señor, de la oración.
Debe descansar también, más no de Dios.
2) Primado de los hermanos: el formador
es un hombre de fe que goza de construir relaciones fraternas, reconciliándose
con los otros, reconoce que sus hermanos todos son un don de Dios, y lo vive “esforzadamente”,
genera espacios de fraternidad. Ni se victimiza de sus hermanos ni hace
víctimas suyas a sus hermanos. Son hermanos felices de estar con los otros. Ha
comprendido que la fraternidad es una cuestión fundamentalmente de fe, y no de
simpatías o fobias personales. Cree en las “relaciones fraternas redimidas”.
3) Primado de los pobres: debe
manifestar en su vida, y acompañar a los formados, en este primado. Para
nosotros es una opción carismática clara a partir de san Francisco hacia
adelante, no necesita muchas explicaciones, y en esto de vivir esta opción, el
formador debe ser quien lleve adelante estas indicaciones que la Orden se ha
dado a sí misma en esta línea. Si el fraile capuchino no puede eximirse de
estar con Dios, tampoco puede eximirse de estar con los pobres.
4) Primado de la Misericordia: el
formador capuchino está llamado a ser un Buen Samaritano. No se confunda esto con
la falsa compasión, ni con el andar tapando a los formandos sus cosas,
apadrinándolos frente a los formadores o frente a sus compañeros.
5) Primado del discernimiento fraterno:
buscar juntos escuchar y discernir la voz de Dios.
6) Primado de la Nueva Evangelización:
debe ser un hombre apasionado por llevar el Evangelio, por llevar y construir
el Reino, según las directivas de la Iglesia, desde Pablo VI y Juan Pablo II… “la
Sacristía y los templos no son más los lugares privilegiados para esta
Evangelización… sino la calle”.
Como
síntesis, reflexionamos en que si nosotros, como formadores, logramos
transparentar nuestro amor por Dios, y los formandos perciben ese amor, ya
hemos logrado nuestra labor.
Al
final de la tarde, realizamos nuestra evaluación de la semana. En la misma,
hemos manifestado nuestra satisfacción, y agradecemos a Dios y a la Conferencia
por tener este espacio, así como agradecemos la colaboración de fray Carlos
Novoa, nuestro Definidor General, en esta primera semana de compartir fraterno
y reflexión.
Por
último, como cada tarde, en Meditación silenciosa ante el Santísimo y en
oración fraterna, hemos agradecido a Dios por la jornada.
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